Carta al Director | “Católicos políticos”

Por: Eduardo Aninat U.

Señor Director:

Latinoamérica ha estado concurrida por una infinidad de ciudadanos que profesando el catolicismo han tenido vocación y ejercicio en política.

Sin ir más lejos, deseo recordar a políticos católicos de fuste, como fueron Eduardo Cruz-Coke, Bernardo Leighton, Eduardo Frei y muchos otros.

Me alegra el impacto del libro de mi excamarada don Ignacio Walker; me impresiona e interesa la variedad y calidad del intercambio epistolar que ha provocado.

Los juicios teológicos e históricos del señor Jorge Costadoat en su columna de ayer son esclarecedores y precisos.

Hay una dimensión del catolicismo —del cristiano en general— que parece menos destacada en los análisis expuestos: la virtud de la humildad. Actitud cristiana superlativa que combina prudencia, sapiencia, silencio debido.

Con respeto, expreso que un sano ejercicio de la humildad es lo que —a veces— ha estado pendiente en los denominados “políticos católicos”.

Recordemos el testimonio de Jesucristo: fue humilde en su tránsito terrenal. Elocuente cuando debía, y parco o silencioso en su caminar.

Eduardo Aninat U.

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